Tras un respirito volvemos a dar un poco la matraca, es un día de esos de calor pegajoso, de que te sientas en el sofá y está ardiendo. Las corrientes de aire no circulan, y los mosquitos esperan, agazapados, su oportunidad de lanzarse como zeros en la segunda guerra mundial ,a la busqueda de un cuerpo al que acribillar.
Los yogures duran frios menos tiempo del que tardas en consumirlos, y no deja de ser uno de esos momentos en el que te preguntas porqué no tienes un congelador más grande para meter directamente los vasos. Esa es otra los polos se derriten, pero lo más importante en el noticiario es que no hay hielo en el supermercado. Es un mundo extraño,sí, pero nos quedan Katrina & The Waves y eso... amigos míos, no es poca cosa.
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