Cuando era pequeño tirábamos piedras al tren, de hecho (igual lo he contado ya por aquí), poníamos monedas para que las planchara y poníamos piedras tambiíen para que salieran despedidas. Tambien cuando era pequeño, tocábamos los timbres y salíamos corriendo. Jugábamos al bote inglés, hacíamos mercadillos con tebeos viejos e incluso fabricábamos ballestas para cazar lagartijas.
Hasta que un buen día dejó de pasar el tren y de pitar cuando salia de la estación. Probablemente aquel día todos los niños del barrio nos hicimos un poco más mayores. Aquel,dejénme que les cuente, era un tren con asientos acolchados y ventanas que costaba un mundo bajar, también tenía un pica con uniforme que daba miedo cuando te miraba desde lo alto, mientas sonaba el chasquido de su taladro. Lo mejor eran los billetes de cartón que la gente tiraba al suelo al salir a la estación y que nosotros coleccionábamos por colores y fechas, y eso que sólo los había de dos colores: Marrones (solo ida) y verdes (ida y vuelta).
Hoy me he acordado de aquellos trenes, de la vía que ya no es ni siquiera vía, y´de los niños que ya no juegan a que les planchen las monedas. Hoy me dio por ahí escuchando esta canción. Cosas que pasan.
What about sad John? - Disco : One way ticket to Saturn - Julián Maeso
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