Te acuerdas de que falta pizza en la nevera, así que sales a la calle, te pones los cascos y doblas la esquina. Sentada en la terraza está ella, con su taza de café vacia y la mirada vigilante. La saludas, te devuelve el saludo alzando levemente la cabeza, Caminas, sigues a lo tuyo, y entonces suena Marcus King con Beatiful Stranger y te quedas pensando, ¿esta la puse en la página? Recoges la pizza, la pagas, vuelves caminando por las mismas aceras. Casi todo cambia, la luz es distinta. Miras en el móvil si la habías puesto o no. Y en un momento dado levantas la vista del teléfono, estas llegando a casa, y la ves ahí sentada con su taza vacía y sola, mirando al infinito. No la saludas, doblas la esquina y llegas a casa.
Para cuando te sientas a escribir sólo quedan dos preguntas en tu cabeza. La primera porqué siempre está sola, la segunda si de verdad no has puesto todavía a Marcus King.